El juego patológico es considerado una adicción sin sustancia que puede afectar diversos aspectos de la vida de las personas (personal, familiar, laboral, social y económico). Una de las características principales de esta adicción es que la persona ve afectada su capacidad para poder autocontrolarse.
La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association) define al juego patológico como un comportamiento que puede ser identificado si se posee cuatro o más de los siguientes síntomas:
- Sentirse inquieto o irritable al tratar de jugar menos o dejar de jugar.
- Jugar para escapar de los problemas o sentimientos de tristeza, culpabilidad o ansiedad.
- Apostar grandes cantidades de dinero para intentar recuperar la cantidad perdida.
- Perder el trabajo, una relación, oportunidades en el estudio debido al juego.
- Mentir sobre la cantidad de tiempo o dinero gastada en el juego.
- Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
- Necesidad de pedir dinero prestado debido a las pérdidas ocasionadas por el juego.
- Necesidad de apostar cada vez más cantidad de dinero para sentir excitación.
- Pasar mucho tiempo pensando en el juego, como recordar experiencias pasadas o formas de conseguir más dinero con que jugar.