La Unesco (Unesco, 1980) define el juego como vital, condicionante de un desarrollo armonioso del cuerpo, de la inteligencia y de la afectividad. Sostiene que a través de los juegos y de su historia es que se lee no sólo el presente de las sociedades, sino el pasado mismo de los pueblos y que una parte importante del capital cultural de cada grupo étnico reside en su patrimonio lúdico, enriquecido por las generaciones sucesivas.
El autor Roger Caillois define en su obra las características que permiten distinguir el juego de las otras prácticas humanas. El juego se define como una actividad:
- Libre, a la que el jugador no puede ser obligado sin que el juego pierda inmediatamente su carácter de diversión atractiva y gozosa.
- Separada, circunscrita en límites de espacio y de tiempo, precisos y fijados de antemano.
- Incierta, cuyo desarrollo no puede determinarse, y cuyo resultado no puede fijarse previamente, dejándose obligatoriamente a la iniciativa del jugador cierta latitud en la necesidad de inventar.
- Improductiva, que no crea bienes, ni riqueza, ni elemento nuevo alguno; y, salvo transferencias de propiedad dentro del círculo de los jugadores, conducente a una situación idéntica a la del comienzo de la partida.
- Reglamentada, sometida a reglas convencionales que suspenden las leyes ordinarias e instauran momentáneamente una legislación nueva.
- Ficticia, acompañada de una conciencia específica de realidad segunda o de franca irrealidad en relación con la vida ordinaria.
Asimismo, diferentes estudios concuerdan en la importancia del juego desde el aspecto psicológico, pedagógico y social del ser humano. Es por ello que, desde Lotería de la Ciudad se promueven acciones tendientes a restituir espacios lúdicos en la comunidad, para que todos y especialmente los grupos más vulnerables puedan disfrutar de los beneficios y cualidades positivas del juego.
En el marco del Programa de Juego Saludable se llevan a cabo acciones en el espacio público en conjunto con otras áreas del Gobierno de la Ciudad creando espacios lúdicos y recreativos y en conjunto con instituciones educativas y centros de tercera edad con la intención de generar espacios en los que se pueda experimentar el juego en comunidad y de manera recurrente que les permita reconectarse con los beneficios del mismo.
En esta línea, Lotería de la Ciudad creó su propio juego de mesa llamado “El Mercado”, el cual ayuda a desconectarse del mundo digital, fortalecer vínculos y favorecer el aprendizaje de conocimientos, actitudes y comportamientos favorables para el ejercicio de un juego saludable.